2 – Proceso de manejo sanitario para reinserción del sitio de disposición

Las recomendaciones de Lobo y otros (2016) para la reinserción del sitio de disposición son las siguientes:

Vegetación

Para MMAM (2012), una capa superficial vegetal promueve la evapotranspiración y ayuda a controlar la erosión por el viento y el agua, ayudando además para ser un soporte para el terreno. La capa vegetal se coloca sobre la capa impermeable, gracias a un recubrimiento con la tierra fértil.

Para MMAM (2012), la capa de cobertura vegetal es la última etapa de una cobertura multicapas sobre la masa de residuos: una capa de regularización, una capa de recogida de gases, una barrera impermeable, un drenaje mineral una capa filtrante y por último la capa de cobertura vegetal.

Con rehabilitación paisajística, el uso futuro requiere la plantación de especies vegetales que además de un objetivo estético, ayuden a estabilizar la superficie y reducir la erosión. Las acciones recomendadas son:

1. La vegetación depende de las condiciones locales como clima, tipo de suelo y condición del vertedero, es difícil establecer indicaciones generales sobre la plantación.

2. Estudiar la vegetación del entorno como una indicadora de las condiciones de supervivencia y para facilitar la recuperación de la superficie.

3. Plantar especies herbáceas de rápido desarrollo y raíces someras, como arbustos y árboles.

4. Cuando la capa no retiene la emisión de gases puede resultar tóxica para las plantas.

5. Se requiere espesor de suelo suficiente para el crecimiento de las raíces.

6. Los árboles y arbustos se reservan a zonas donde los vertidos biodegradables hayan sido menores, con menor emisión de gas, o se requiere mayor espesor de cobertura.

7. Diferenciar entre taludes del vertedero, según su orientación, más sol, más humedad o exposición a los vientos.

8. Si el uso previsto es para estructuras como aparcamientos, vías de comunicación, o naves industriales, considerar la capacidad de cargas y sobrecargas del terreno.

9. No deben instalarse edificaciones residenciales sobre residuos por el riesgo de migración del gas de vertedero entre las mismas, y el riesgo de contaminación y las explosiones.

10. Evitar construcciones cerradas o instalación subterránea a nivel del suelo sobre el vertedero o en las cercanías de menos de 50 m.

11. Cualquier estructura debe prevenir el riesgo de explosión gases con una buena ventilación y utilizando conducciones eléctricas con protección antiexplosiva.

12. Si no se ha impermeabilizado la superficie, debe evitarse drenaje, para limitar el riesgo de filtración del agua hacia el residuo antiguo.

Vigilancia pos-clausura

Tras el cierre da comienzo el período pos-clausura, Lobo y otros (2016) indican que el relleno sigue activo con procesos ralentizados por efecto de la cobertura y la desaparición progresiva de la materia degradable.

La actividad de vigilancia o seguimiento pos-clausura consisten en asegurar que los riesgos ambientales se mantienen bajo control: lixiviados, gases y estabilidad geotécnica. Las acciones recomendadas son:

1. Inspección visual periódica de las instalaciones para detectar agrietamientos en las capas de cobertura, deterioro en conducciones o chimeneas, erosión o emanaciones inesperadas de gas o líquido.

2. Controlar efecto de los lixiviados a través de la composición de las aguas superficiales y subterráneas aguas arriba y aguas abajo del relleno, según la topografía, hidrografía y configuración del vertedero.

3. Definir los puntos de control que permitan evaluar cambios relevantes de composición en todos los cursos de agua potencialmente afectados.

4. Controlarse la cantidad y composición del biogás emitido a través de chimeneas o líneas diferenciadas, y ver la evolución en las distintas zonas del vertedero.

5. Controlar distintas zonas de la superficie para asegurar la estabilidad con seguimiento de movimientos horizontales en los taludes y zonas conflictivas como programa de monitoreo de riesgos significativos.

6. Detectar situaciones excepcionales e introducir medidas correctoras con suficiente antelación.

7. Cuando el vertedero registre cambios más rápidos, normalmente recién clausurado, mantener una mayor frecuencia (por ejemplo semestral) de seguimiento de aguas, gases y asentamientos.

8. El plan de seguimiento debe marcar claramente los criterios de actuación así como planes de emergencia ante detecciones extraordinarias.

Mantenimiento

A pesar del cierre, el vertedero seguirá operando como el sistema de regulación, tratamiento y transporte de lixiviados y gases que ha acumulado y mantenido durante años. Las acciones recomendadas por Lobo y otros (2016) al respecto son:

1. El nuevo uso del relleno y su control requiere mantenimiento continuo de las acciones de cierre y reinserción que incluye:

a. Capa de sellado.

b. Taludes.

c. Barreras de contención.

d. Caminos de servicio.

e. Señalización.

f. Sistemas de evacuación de pluviales, lixiviados y de gases.

g. Vigilancia y control.

h. Plantaciones y estructuras.

i. Tratar roturas o agrietamientos de cunetas, conducciones y chimeneas.

j. Controlar la oxidación de elementos metálicos o la obturación de tubos.

k. Detectar problemas e ir solucionando como parte del mantenimiento.



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