Diseño de un plan para un cierre técnico

1 – Diseño de un plan para un cierre técnico

Según MMAA (2012), cuando concluye la vida útil de un relleno sanitario o un vertedero, se requiere un plan de cierre técnico para lograr la integración de los terrenos con el medio que lo rodea de una manera sostenible. El proceso requiere la formulación del plan de cierre, con las obras y actividades destinadas a mantener las condiciones anaeróbicas de la disposición de los residuos, controlar la migración de biogás y lixiviados, así como mantener la integridad del sitio de disposición luego de su clausura.

El plan de cierre técnico debe contener:

• Caracterización y descripción del proyecto.

• Marco Institucional.

• Políticas Institucionales:

• Misión

• Visión

• Etapa I del cierre técnico: manejo sanitario de recuperación

• Etapa II del cierre técnico: reinserción.

Etapa I del cierre técnico: manejo sanitario de recuperación

Se debe preparar un plan para la etapa inicial del cierre técnico, que es la recuperación. Esta se refiere a la etapa del cierre en que se hace gestión sanitaria para la reducción de los riesgos ambientales y la preparación de los terrenos para los usos futuros proyectados.

El cierre en esta etapa de recuperación pasa primero por definir un proceso de manejo sanitario, que incluye acciones de protección ambiental como el control del biogás, los lixiviados y la escorrentía superficial y el seguimiento ambiental del lugar.

Además, incorpora acciones de rehabilitación que incluye el mantenimiento del sitio y las operaciones de control y vigilancia ambiental.

Una vez previsto el saneamiento, puede entonces definirse la solución de clausura adecuada al uso elegido, con la cubierta final, casi siempre vegetación de la superficie, e instalación de estructuras de distintos tipos. Para estos elementos se definirá asimismo el plan de mantenimiento a largo plazo.

Aunque existe distintas estrategias para la recuperación de los sitios de disposición, Lobo y otros (2016) destacan tres enfoques básicos para recuperar el terreno:

1) aislar los residuos para evitar emisiones incontroladas de contaminantes.

2) retirar los residuos para su tratamiento o depósito en otro lugar.

3) tratarlos in situ hasta reducir sus potenciales impactos a niveles admisibles.

En la siguiente tabla se muestran las estrategias que pueden seguirse en la etapa de recuperación.

La solución desde esta perspectiva pasa por la reinserción social de los trabajadores en sitios de disposición, los denominados gestores de reciclaje, así como los tipos de asentamientos en estos lugares.

En siguiente link se puede ver el detalle de los  enfoques básicos para recuperar el terreno.

En el link se puede observar proceso de manejo sanitario para recuperación del sitio de disposición.

Etapa II del cierre técnico: reinserción

Se debe preparar un plan para la etapa inicial del cierre técnico, que se la reinserción. Controlado el problema ambiental mediante la solución de clausura de un manejo sanitario en su etapa inicial, se llevarían a cabo las obras de reinserción. La reinserción es un aprovechamiento del sitio de disposición, una vez finalizado el proceso de recuperación.

En la siguiente tabla se muestran las estrategias que pueden seguirse en la etapa de reinserción.

En el siguiente link se puede ver el detalle de estos  enfoques básicos para reinserción del terreno.

La inserción entonces puede hacerse mediante introducción de cobertura vegetal para la integración paisajística, puede alternativamente plantearse la existencia de campos deportivos o de recreación.

Algunos usos económicos que se pueden dar incluyen agricultura, comercio, servicios, naves industriales y uso energético. El uso económico depende de la capacidad de los terrenos para soportar estructuras, las cuales deben ser livianas.

Lo que se descarta es el uso como nuevos asentamientos residenciales, dado a los peligros con emanaciones de gases y explosiones.

En el link se puede observar  proceso de manejo sanitario para reinserción del sitio de disposición, además a continuación se ofrece un documento MS Word con una recomendación de MMAM (2012) sobre  parámetros para monitorear en la etapa de pos-clausura.

 

 

 


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2 – Proceso de manejo sanitario para reinserción del sitio de disposición

Las recomendaciones de Lobo y otros (2016) para la reinserción del sitio de disposición son las siguientes:

Vegetación

Para MMAM (2012), una capa superficial vegetal promueve la evapotranspiración y ayuda a controlar la erosión por el viento y el agua, ayudando además para ser un soporte para el terreno. La capa vegetal se coloca sobre la capa impermeable, gracias a un recubrimiento con la tierra fértil.

Para MMAM (2012), la capa de cobertura vegetal es la última etapa de una cobertura multicapas sobre la masa de residuos: una capa de regularización, una capa de recogida de gases, una barrera impermeable, un drenaje mineral una capa filtrante y por último la capa de cobertura vegetal.

Con rehabilitación paisajística, el uso futuro requiere la plantación de especies vegetales que además de un objetivo estético, ayuden a estabilizar la superficie y reducir la erosión. Las acciones recomendadas son:

1. La vegetación depende de las condiciones locales como clima, tipo de suelo y condición del vertedero, es difícil establecer indicaciones generales sobre la plantación.

2. Estudiar la vegetación del entorno como una indicadora de las condiciones de supervivencia y para facilitar la recuperación de la superficie.

3. Plantar especies herbáceas de rápido desarrollo y raíces someras, como arbustos y árboles.

4. Cuando la capa no retiene la emisión de gases puede resultar tóxica para las plantas.

5. Se requiere espesor de suelo suficiente para el crecimiento de las raíces.

6. Los árboles y arbustos se reservan a zonas donde los vertidos biodegradables hayan sido menores, con menor emisión de gas, o se requiere mayor espesor de cobertura.

7. Diferenciar entre taludes del vertedero, según su orientación, más sol, más humedad o exposición a los vientos.

8. Si el uso previsto es para estructuras como aparcamientos, vías de comunicación, o naves industriales, considerar la capacidad de cargas y sobrecargas del terreno.

9. No deben instalarse edificaciones residenciales sobre residuos por el riesgo de migración del gas de vertedero entre las mismas, y el riesgo de contaminación y las explosiones.

10. Evitar construcciones cerradas o instalación subterránea a nivel del suelo sobre el vertedero o en las cercanías de menos de 50 m.

11. Cualquier estructura debe prevenir el riesgo de explosión gases con una buena ventilación y utilizando conducciones eléctricas con protección antiexplosiva.

12. Si no se ha impermeabilizado la superficie, debe evitarse drenaje, para limitar el riesgo de filtración del agua hacia el residuo antiguo.

Vigilancia pos-clausura

Tras el cierre da comienzo el período pos-clausura, Lobo y otros (2016) indican que el relleno sigue activo con procesos ralentizados por efecto de la cobertura y la desaparición progresiva de la materia degradable.

La actividad de vigilancia o seguimiento pos-clausura consisten en asegurar que los riesgos ambientales se mantienen bajo control: lixiviados, gases y estabilidad geotécnica. Las acciones recomendadas son:

1. Inspección visual periódica de las instalaciones para detectar agrietamientos en las capas de cobertura, deterioro en conducciones o chimeneas, erosión o emanaciones inesperadas de gas o líquido.

2. Controlar efecto de los lixiviados a través de la composición de las aguas superficiales y subterráneas aguas arriba y aguas abajo del relleno, según la topografía, hidrografía y configuración del vertedero.

3. Definir los puntos de control que permitan evaluar cambios relevantes de composición en todos los cursos de agua potencialmente afectados.

4. Controlarse la cantidad y composición del biogás emitido a través de chimeneas o líneas diferenciadas, y ver la evolución en las distintas zonas del vertedero.

5. Controlar distintas zonas de la superficie para asegurar la estabilidad con seguimiento de movimientos horizontales en los taludes y zonas conflictivas como programa de monitoreo de riesgos significativos.

6. Detectar situaciones excepcionales e introducir medidas correctoras con suficiente antelación.

7. Cuando el vertedero registre cambios más rápidos, normalmente recién clausurado, mantener una mayor frecuencia (por ejemplo semestral) de seguimiento de aguas, gases y asentamientos.

8. El plan de seguimiento debe marcar claramente los criterios de actuación así como planes de emergencia ante detecciones extraordinarias.

Mantenimiento

A pesar del cierre, el vertedero seguirá operando como el sistema de regulación, tratamiento y transporte de lixiviados y gases que ha acumulado y mantenido durante años. Las acciones recomendadas por Lobo y otros (2016) al respecto son:

1. El nuevo uso del relleno y su control requiere mantenimiento continuo de las acciones de cierre y reinserción que incluye:

a. Capa de sellado.

b. Taludes.

c. Barreras de contención.

d. Caminos de servicio.

e. Señalización.

f. Sistemas de evacuación de pluviales, lixiviados y de gases.

g. Vigilancia y control.

h. Plantaciones y estructuras.

i. Tratar roturas o agrietamientos de cunetas, conducciones y chimeneas.

j. Controlar la oxidación de elementos metálicos o la obturación de tubos.

k. Detectar problemas e ir solucionando como parte del mantenimiento.



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3 – Enfoques básicos para recuperar el terreno

Aislamiento o Sellado

El sellado es la solución tradicional de aislar el depósito con la instalación sobre su superficie de capas poco permeables, confirmada de distintos materiales.

Estas capas limitan el paso del agua de lluvia a través del residuo y por tanto la formación de más lixiviados, y retienen también el gas generado, evitando su escape libre hacia la atmósfera.

Lobo y otros (2016) han recomendado que las zonas sean acondicionada previamente para que el sellado superficial asegure el fin de las emisiones.

Según el estado del vertedero y la vulnerabilidad del entorno, el sellado debe acompañarse de obras para recolección e intercepción de lixiviados y gases.

Retirada

Cuando el volumen de residuos es pequeño y el entorno es muy vulnerable a los riesgos del vertedero, se puede plantear la posibilidad de trasladar los residuos sólidos a otro lugar con condiciones más adecuadas para depositarlos.

Esta solución puede combinarse con labores de separación y valorización, o tratamiento para recuperar algunos de los materiales del vertedero.

Sin embargo, aunque la retirada de los residuos sólidos es ventosa desde el punto de vista ambiental al eliminar los riesgos y recuperar algunos recursos valorizables, en general para las municipalidades esta solución no es rentable y podría contar con muchas barreras sociales.

Recuperación in situ

La solución tradicional de sellado tiene un efecto de enclaustramiento de la contaminación, pues se evitan las emisiones temporalmente, mientras los elementos de sellado estén operativos, pero se detienen los procesos de descomposición, dejando latente materia que en el futuro se requiere degradar.

La opción es reducir los riesgos que se pueden presentar en el futuro acelerando los procesos para que el relleno sea ambientalmente estable lo antes posible.

Dado que la principal fuente de contaminación es orgánica, los depósitos municipales pueden bio-recuperarse con las condiciones adecuadas para que los microorganismos se degraden rápidamente.

Este procedimiento convierte el relleno en un bio-reactor, mediante la introducción de líquidos lixiviados y control de otras variables, para potenciar reacciones de degradación de los contaminantes para que dejen de ser una amenaza para el entorno. Esta estrategia de recuperación in situ puede aplicarse sobre rellenos o vertederos ya abandonados o en operación.

Según Lobo y otros (2016), esta técnica es más costosa y requiere un mayor control que la tradicional de sellado, pero reduce los riesgos ambientales a largo plazo, y abarata el tiempo de vigilancia pos-clausura y permite un mejor aprovechamiento del gas del relleno o vertedero.

 



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4 – Proceso de manejo sanitario para recuperación del sitio de disposición

De acuerdo con Lobo y otros (2016), la solución de saneamiento y cierre debe ser diseñada específicamente para cada lugar, e irá siempre asociada al uso final objetivo.

Este manejo sanitario debe ser diseñado y dirigido por profesionales en ingeniería sanitaria o afines, de acuerdo con la normativa vigente en cada país.

Desde el punto de vista técnico, la propuesta debe considerar la capa de cobertura final, la evacuación de las aguas superficiales externas e internas, la intercepción y gestión de los lixiviados y el control de los gases generados.

Por su parte para MMAM (2012), el diseño de la capa final constituye el sellado del vertedero o relleno sanitario, con el objetivo de preparar la superficie para realizar las futuras obras de rehabilitación del área.

El propósito de la cubierta final de sellados es aislar los residuos más superficiales del ambiente, para minimizar la migración de líquidos en las celdas y controlar el venteo del biogás generado.

Debe tomarse en cuenta el tipo de solución para cada uno de los contaminantes por controlar.

Por ejemplo, la cobertura del vertedero con una capa impermeable de arcilla reduce la generación de lixiviados y el acceso de vectores al residuo, pero también retiene el gas que se genera, y provoca cambios en su migración que pueden incrementar su potencial acumulación en instalaciones del vecindario.

La propuesta debe considerar no sólo el efecto de cada uno sobre los riesgos identificados, sino también la interacción de todos estos riesgos.

Capa para sellado

Para Lobo y otros (2016), los trabajos de clausura comienzan con la clausura de las actividades de vertido.

Sin embargo puede ser una clausura progresiva mientras se dejan algunos sectores para vertido de residuos sólidos y se trabaja en el cierre de otros espacios.

Esto se aplica más fácilmente entre más grande es el sitio de disposición, donde las distintas zonas del vertedero se pueden ir cerrando a medida que alcanzan su capacidad, con lo que pueden recibir actividades de sellado e instalando progresivamente la cobertura final.

Las recomendaciones para la recuperación del sitio de disposición son las siguientes:

1. Control de acceso zonas abandonadas.

2. Control de plagas como ratas, moscas y pájaros.

3. Perfilado de la superficie para atenuar pendientes fuertes que puedan comprometer las capas de cobertura y adecuar la topografía al uso posterior.

4. Mover y compactar el residuo, controlando emisiones de polvo y gases que generan olores.

5. Asegurar la estabilidad con taludes para evitar la erosión por viento y escorrentía, controlando los riesgo de deslizamiento entre placas de sellado.

6. Instalar una cobertura provisional de al menos 30 cm. de suelo compactado antes de construir la capa de sellado definitiva, si se piensan colocar instalaciones en la zona. Para vertederos abandonados hace más de 10 años esta cobertura provisional no es necesaria.

7. Definir impermeabilidad de la capa de cobertura final dependiendo de la existencia de un sistema de aislamiento de fondo y de evacuación de los lixiviados adecuado.

8. Si la migración de biogás es importante, es recomendable colocar sobre la cobertura una capa de materia orgánica de compost, para el abatimiento de metano con bacterias metanotróficas.

9. Debe tenerse en cuenta el manejo social de la reinserción social de los trabajadores, los denominados gestores de reciclaje, así como los tipos de asentamientos en estos lugares, los cuales no pueden ser una amenaza a la presencia humana en el sitio de recuperación.

Evacuación de las aguas superficiales

Para evitar la entrada de agua al vertedero y la erosión, se debe minimizar la escorrentía sobre la cobertura. Las acciones recomendadas son:

1. Instalar cunetas perimetrales que intercepten las aguas de lluvia externas.

2. Instalar pendientes superficiales suficientes para evitar empozamientos.

3. Instalar drenajes de intercepción de la escorrentía y un sistema de conducciones de evacuación con cunetas y tubos.

4. Evacuar aguas superficiales con aprovechamiento para riego de la propia superficie sellada.

Control de los gases

Las emisiones de gas de vertedero deben controlarse para evitar la exposición a su toxicidad, malos olores, explosividad y su efecto invernadero. Las acciones recomendadas son:

1. Con elevado contenido en metano es ventajoso su aprovechamiento en energía eléctrica o calor. Lobo y otros (2016) ofrece algunos criterios de mínimos de los contenidos de metano.

2. Cuando hay migración del gas en el exterior, construir sistemas de intercepción en el perímetro del relleno, con zanjas excavadas en el terreno y rellenadas de material de alta permeabilidad para desviar la trayectoria de los gases, y de baja permeabilidad para detener el flujo hacia zonas por proteger.

3. Verificar si el tamaño del vertedero requiere la instalación de pozos de extracción entre los residuos, y ver si debe ser pasivo, por menos generación de gas, o activo mediante pozos interconectados, con sistemas de provisión de aire hacia antorchas para quemar el gas (ver en Lobo y otros (2016) más especificaciones).

Gestión de los lixiviados

Dado que los lixiviados del vertedero son líquidos muy contaminados, el sellado facilita su manejo reduciendo su volumen, pero en a su vez se favorece su concentración lo que los hace más contaminantes. Para Lobo y otros (2016) las acciones recomendadas son:

1. Impedir la infiltración no sólo con el sellado superficial, sino con la detención de rutas de migración de los lixiviados mediante drenajes de intercepción o zanjas de material permeable.

2. El proyecto de cerrado debe contemplar una depuradora adecuada y adaptable en el tiempo, ya que la concentración y composición de los lixiviados varía a través del tiempo.
Barreras Rompe Vientos

Para MMAM (2012) son necesarias las barreras rompe vientos, las cuales son una barrera protectora que dirigen el viento y la aireación de acuerdo con la porosidad de la barrera protectora.

 



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5 – Enfoques básicos para reinserción del terreno

Integración paisajística

La integración paisajística del lugar busca introducir una cobertura de suelo y la siembra de especies herbáceas para la reinserción de vertederos en el paisaje de la zona. Entre los procesos que más condicionan el uso final del terreno se encuentran los de asentamiento de los residuos.

Uso recreativo

Es la creación de instalaciones de carga liviana sobre la superficie para evitar que provoquen el fallo del terreno, dando lugar a sitios recreativos como parques o campos deportivos.

Cultivo agrícola

Con una cobertura apropiada y un sistema suficiente de control de emisiones, también es posible destinar lugar para cultivo agrícola.

Uso comercial o industrial

Otra opción, especialmente buscada en áreas que han quedado inmersas en las zonas urbanas, es el uso como parqueos, áreas comerciales, vías de comunicación, o como parques industriales con edificaciones acordes con la carga que soporta el terreno.

Uso energético

Un uso creciente en los últimos años de los antiguos vertederos es como sitios para la generación de energía renovable, aprovechando la localización de estos lugares y su cercanía con vías de comunicación y otra infraestructura estratégica, además con terrenos de bajo valor para otras instalaciones, debido a sus limitaciones de uso.

 



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